Salir de la zona de Confort, atreverse a sobrepasar ese umbral que a veces Tememos por lo que habrá más allá. Esta es una metáfora perfecta Para invitar a salir de nuestra zona de confort.
Al igual que esperamos, mejor dicho, trabajamos en, por ejemplo, lograr unas gafas VR autónomas, sin cables (vale, lo sé, ya se han conseguido, tan solo es un ejemplo ?) ¿porque no hacemos lo mismo con nuestras limitaciones psicológicas, relacionales?
Es cierto que muchas veces la relación con los demás nos desborda, hay tantas variables posibles que nos sentimos saturados y decidimos recluirnos, en casa, en nuestra habitación ante una pantalla en las que podemos controlar el número de esas variables a una cifra que sean manejables por nosotros.
No es cuestión de ponerse grandes metas, estas, por lo general fallan si entre medio no hay etapas, pasos más pequeños.
Empecemos por algo más pequeño, pero claro, a veces cosas que parecen a una mayoría de nuestro entorno pequeñas, a nosotros se nos convierte en alcanzar la cima del Everest.
Son muchos los sitios donde se habla de que hay que salir de esa zona de confort, pero pocos dan vías para llevarlo a cabo.
Os invito a realizar un ejercicio. serán en 2 partes, la segunda, la publicare la próxima semana.
El Ejercicio
Lo primero, un par de preguntas. ¿Qué es eso en lo que me gustaría avanzar Pero que por un motivo en otro no alcanzo?, tienes claro lo que quieres, pero siempre pasa algo, veamos como lo aclaramos. Eso sí, es conveniente que vayas apuntando las respuestas en una libreta (mejor manuscrito que en un dispositivo a través de teclado)
La otra, ¿qué es eso que quiero mantener y que corro el riesgo de perder si doy ese paso adelante? Era, es algo bueno para nosotros, quizás en el momento que así lo vimos, pero ahora, tan solo nos está frenando en su avance. es conveniente traerlo al aquí y ahora y revisarlo.
Los siguientes pasos nos ayudan a determinar todo esto, de modo, que al saber en qué punto estamos, desde donde partimos, nos será más fácil alcanzar nuestros propósitos.
Para facilitar más el experimento, imaginar que vamos a subir a lo alto de una pirámide, cada pregunta es una etapa para llegar a lo más alto de ella.
¿En qué estamos, con quién, donde, en qué momento desisto?
Es detectar el momento, con quien y donde, nos echamos atrás en nuestro propósito de alcanzar lo que nos habíamos propuesto, por ejemplo, pedir más recursos a ese jefe que nos rechaza prácticamente todo lo que solicitamos (cuidado, es un ejemplo con trampa, con una generalización muy grande), ¿te has parado a pensar en esas veces que si te lo ha aceptado?
Comentar que si es respecto a una persona, mientras más cerca esté de nuestro círculo íntimo, más difícil es llevarlo a cabo, el riesgo de perder a esa persona, hace que ciertos pasos sean más difíciles que con otras personas, ya que su cercanía a nosotros se hace «imprescindible» no sabemos qué sería de nosotros sin dicha persona, aunque dicha «imprescindibilidad» depende mucho de nuestra autoconfianza, y no es que si tengo una autoconfianza total sobre mí, dicha persona sea prescindible, tan solo que la relación con ella se hace más libre, deja de haber una dependencia enfermiza de ella.
¿Qué es lo que me pasa en ese momento? ¿cómo me siento? ¿Qué es lo que hago?
Cuando me encuentro en esa situación, ¿cómo me siento? estoy nervioso, me palpita la vena del ojo, me sudan las manos, las tripas se me retuercen o quizás, siento indiferencia? ¿qué hago? me meto las manos en los bolsillos del pantalón, desvío la mirada, evito mirar a los ojos de la otra persona…
¿Como lo hago?
Normalmente nos limitamos a lo que aprendimos hace tiempo en otros escenarios que pensamos que tiene validez en el momento en el que nos encontramos, o estamos limitados por normas del grupo al que pertenecemos y que tememos romper bajo riesgo de ser expulsado del grupo. o sencillamente no sabemos cómo actuar en esa situación por lo que nos encojemos de hombros, metemos las manos en los bolsillos, evitamos contacto directo y escapamos de la situación.
¿Porque lo hacemos así?
Esto se refiere a nuestras creencias, basadas normalmente en generalizaciones. Que nos lleva realmente a actuar de esa forma, ¿miedo al rechazo? si hago tal cosa no van a querer saber más de mí. miedo al fracaso, y si me equivoco ¿qué van a pensar de mí?, nuestra educación en la que nos han inculcado creencias, ideales, que, si bien en su momento eran adecuados, aquí y ahora, para ti, para mí, están obsoletos. Afectan a la percepción que tenemos del mundo, de los demás y de nosotros mismos.
¿Para qué lo hacemos?
Aquí están nuestros valores, esos principios que dirigen nuestra vida en una dirección concreta que nos hemos fijado. en base a ello juzgamos, lo que es bueno y lo que es malo para nosotros. La cuestión es que a veces, muchas, no tenemos demasiados claros.
Hoy en día tenemos muchas interferencias a través de los medios de comunicación y RRSS que dificultan más la respuesta a esta pregunta, aunque no por ello es del todo malo, por un lado, nos dan más puntos de referencia, por otra, muchos de estos puntos de vista son totalmente tendenciosos hacia los intereses de unos pocos.
“Estos son mis principios. Si no le gustan… tengo otros”.
Groucho Marx
¿Quién Soy?
Mi identidad, lo que soy. no se refiere solo a la imagen que tenemos de nosotros mismos, se refiere a quienes somos en todo momento, aquel que puede ir variando sus capacidades, su conducta, capacidades, creencias pero que somos el mismo en todo momento.
En esta etapa te resultara más fácil usar una metáfora, por ejemplo: soy una persona impulsiva, que me caliento con facilidad, la metáfora podría ser «soy como un rinoceronte acosado que arremeto contra todo lo que está a mi alcance«
¿Cuál es mi objetivo?
Es lo que da sentido a nuestra vida, ese objetivo final que tenemos para nuestra vida, lo que hemos venido a hacer en este mundo. Claro que, para ello, tendremos que unificar todos los anteriores puntos, de forma que nos lleve en la dirección que queremos. el camino a ese objetivo final de nuestra vida.
En una, o varios de los anteriores pasos posiblemente haya hecho tambalear esa zona de confort en la que te encuentras, a mí me ha pasado, por eso comparto con vosotros ese ejercicio. Me viene a la mente la imagen de una balsa, o una barca en la que cada uno pensamos que nos encontramos a salvo, al que he sometido a oleaje y vientos, ¿cómo os habéis sentido?
Tranquilos, tiene solución, ahora que habéis podido comprobar cuan inestable puede llegar a ser vuestra balsa o barco, podréis realizar cambios, mejoras que amplíen dicha zona de confort, ayudando a salir de ella para ampliarla, tan solo uno o dos pasos, quizás con medio paso de momento sea suficiente, sean cual sean los pasos que realicéis en esa zona incierta, estará bien.
La zona de confort, para mi es una zona de descanso, un espacio al que regresar después de haber salido a explorar más allá de nuestros limites, un espacio que va creciendo con cada salida que realicemos, pero no para permanecer indefinidamente en ella pues o salimos nosotros o vendrán de fuera a sacudirnos un poco o mucho.
Probablemente, os haya dejado un tanto incómodos al percataros de que vuestra zona de confort no es tan confortable pues carece de espacio que te permita permanecer en ella tranquilamente, y no, estar acostumbrados a estar en el fondo de una letrina con mierda hasta la barbilla, y aunque os hayáis llegado a sentir cómodos porque es una mierda conocida y a cuyo olor os habéis habituado, dudo que sea una zona de confort por elección propia. Se puede salir de ella.
Siento dejaros con esa incertidumbre, con esa incomodidad interna, más es conveniente, ya que eso hará que le echéis una pensadita hasta la próxima semana en el que publique la segunda parte, quedaros con las etapas para subir la pirámide pues volveremos a esta imagen desde otro lugar.
Una cosa más, la foto de portada de esta entrada la tomé en mi primer camino de Santiago, fue para mí una de las mejores decisiones de salir de esa zona de confort, de ampliar mi zona, lo recomiendo. Quizás en un articulo posterior hable mas extendidamente de esa experiencia.
Creditos imagenes: la imagen de portada es mía, tomada en el camino de Santiago. La piramide de Saqqara: Imagen de マサコ アーント en Pixabay. La Balsa y el Catamarán. sacadas de Pxhere