Hasta el momento todos los artículos han sido escritos, Inicialmente tenía pensado que este 3 artículo fuera el ultimo, y que fuera en vídeo, pero la investigación, la lectura de otras fuentes, sobre todo con la lectura de artículos de Antonio Damásio, del que he tomado bastante para artículo. Me he sentido en la necesidad por tanto de agregar este otro artículo antes del vídeo, con lo cual serán en total 4 artículos.

En el segundo artículo, hablamos  de la imposibilidad de que una IA  pueda  tener empatía (en términos generales) por carecer de un cuerpo físico como el nuestro, puede tener una corporeidad, pero de momento y posiblemente en varias décadas, si es que se consigue, para nada como la nuestra por lo que no habrá dicha empatía de ellas hacia nosotros. otra cosa, quizás  mejor, busquemos que sientan compasión, que no pena.

Este tercer  artículo es una mirada hacia nosotros, hacia  cada uno de nosotros como individuos independientes. Vuelvo a  como  reaccionamos cada uno de nosotros, desde donde lo hacemos,  tomando  referencias  de investigadores, haciendo lo posible por no perderme en líneas de trabajo que inicialmente parecen estar apartadas de nuestra forma  de tratar  el conocimiento, usando  el método científico en la medida de lo posible, pues cuando hablamos de mente, nos vamos  a elaboraciones mentales, como pasa  con la empatía  que se trata de un Constructo.

Dejare las observaciones la experiencia personal, en la medida de lo posible para el último artículo, el video, ahora, trato de enraizarme en el conocimiento científico  que hay  actualmente.

La sensación corporal del sí mismo(1*)

La importancia del cuerpo para las vivencias subjetivas se manifiesta en planos muy elementales, indica Thomas Fuchs, del Hospital Clínico de Heidelberg.

Según este psiquiatra y filósofo, la consciencia no solo abarca procesos cognitivos de nivel superior, como el pensamiento: «A ellos se suma una especie de consciencia nuclear; una autosensación corporal, un sentirse vivo, que está presente en todo momento en un segundo plano y ligado a nuestro cuerpo».

Desde un punto de vista neurobiológico, esta sensación básica se origina a partir del intercambio continuo del tronco encefálico y del diencéfalo con el conjunto del organismo a través de la médula espinal, los nervios craneales y el sistema nervioso autónomo.

«La consciencia nuclear proporciona, por así decirlo, información sobre nuestro estado vital»: explica Fuchs. El cerebro influye en todos los procesos reguladores del organismo, igual que sucede en sentido inverso: estos procesos repercuten en el cerebro. Así, la consciencia basal es el resultado de los acontecimientos en el conjunto del cuerpo y, por tanto, de ninguna manera producto únicamente del cerebro, sostiene Fuchs.

Toda percepción se encuentra indisolublemente ligada a las acciones del cuerpo en movimiento. «La visión de objetos cotidianos, por ejemplo, está relacionada desde un principio con impulsos de la corteza premotora», afirma Fuchs.

Señales del corazón (1*)

La filosofía de la mente sostiene que las vivencias conscientes no solo poseen un contenido referente a un objeto (por ejemplo, sobre la mesa hay una taza de café que desprende un buen aroma), sino que también están siempre vinculadas a la perspectiva de la primera persona. Es necesario un yo que vea, oiga y huela de manera consciente y lo experimente de forma subjetiva.

Los investigadores del equipo de Catherine Taejon-Baudry, del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la Escuela Superior de París, sospechan que esta sensación del Yo tampoco se origina solo en el cerebro. Según su tesis, es probable que las señales del corazón sean fundamentales  para la experiencia de la perspectiva subjetiva.

El cerebro es una condición necesaria para la experiencia subjetiva, pero ni mucho menos suficiente. Ver, oír, tocar y pensar de manera consciente es, casi en todo momento, una capacidad del ser vivo en su conjunto.

Para que el cerebro metido en un tarro dispusiera de una consciencia humana, el científico loco de nuestra historia tendría que simular en su superordenador toda la relación dinámica del cerebro con el entorno.

Pero, según Noé☆, ello supondría poner a disposición del cerebro, al menos virtualmente, un cuerpo, o en palabras de los investigadores de la cognición, un «agente completo». Y este agente debería ser capaz de reaccionar de tantas maneras diferentes como una persona real.

podría extenderme mucho más, el artículo de donde he sacado los dos anteriores apartados es muy jugoso.

Acabo de terminar de leer “Buscando a Spinoza” de Antonio Damásio. Es una lectura muy recomendable. Al menos para mí, si bien ya seguía esa línea de trabajo, los textos de Antonio me han afianzado en esta línea de trabajo que seguiré desarrollando siempre que no encuentre algo que lo invalide y me haga cambiar de camino que creo que no va a ser así, pero hay que mantenerse abierto de mente.

Siempre es agradable encontrar pruebas en favor de las preferencias teóricas propias, pero uno no debe sentirse demasiado animado por los propios descubrimientos hasta que se hallen pruebas que los corroboren.

Antonio Damásio -Buscando a Spinoza

Para hablar de empatía no se pueden dejar fuera las emociones y los sentimientos, no nos podemos quedar solo en que esta es una decisión puramente mental.  Ante nuestra necesidad de facilitarnos la vida  a veces reducimos a niveles binarios, absurdos mucho de lo que nos pasa a nivel interno y externo y de esta forma perdemos una información vital que dará al traste con cualquier iniciativa que pretendamos llevar adelante.

En este libro Antonio Damásio habla de emociones y sentimientos, de cómo a través de milenios han surgido y evolucionado y como se expresan en nosotros como posiblemente el estado más evolucionado de estas.

El genoma se asegura de que todos estos dispositivos se activen al nacer, o poco después, con poca o ninguna dependencia del aprendizaje, aunque, a medida que la vida continúa, éste desempeñará un papel importante a la hora de determinar cuándo se van a desplegar los dispositivos.

Hemos llegado a un punto, en que nos toca a nosotros, conscientemente, mediante el aprendizaje a gestionar todo este equipo que ha puesto en nuestras manos la naturaleza, ella no va a hacer nada más, al menos de una forma inmediata acorde a nuestra línea de percepción del tiempo y que nosotros podamos constatar sin duda alguna.

“la verdadera dificultad radica en que ya creemos conocerlo todo. […] Si en realidad pudieran observarse a sí mismos imparcialmente, lo que toma mucho tiempo, y un prolongado adiestramiento, empezarían a ver que algo en ustedes siempre dio todo por sentado, de que dijo para ustedes automáticamente lo que estaba bien y mal, que tomó las decisiones, aunque ustedes mismos no tuvieran idea alguna sobre qué se basaban esas decisiones”

Gurdjieff

Artículos que conforman esta tetralogía sobre la empatía:

Notas y Referencias:

  • Noë: Filosofo Alva Noë – Universidad de California en Berkeley
  • (1*) Articulo ¿somos solo Cerebro? Christian Wolf revista mente y cerebro n 96 mayo-junio 2019
  • Libro: “En busca de Spinoza“ Autor: Antonio Damásio, neurocientífico.
  • Comentarios psicológicos sobre las enseñanzas de Gurdjieff y Ouspensky” V volumen. Autor: Maurice Nicoll (es donde se encuentra originalmente, esta cita la saqué de un grupo en Facebook

Créditos de las Imágenes: