Me había puesto a tratar sobre el transhumanismo un poco de oído, si bien he leído bastante, reconocía que me faltaba más base para tratar más a fondo el tema, y la verdad que con el libro de Antonio Diéguez, «Transhumanismo: La búsqueda tecnológica del mejoramiento humano» los cimientos se han consolidado bastante y me han ampliado referencias bibliográficas para futuras incursiones.
El libro, toca tantas ideas a favor del transhumanismo:
Las utopías no tienen por qué ser estáticas. La prolongación indefinida de la vida, la victoria final sobre la muerte, la promesa definitiva de inmortalidad, eso es toda la justificación que el transhumanismo necesita para afianzarse y para constituirse en proyecto utópico.
La integración con la máquina, la superación de lo biológico (y lo corporal) en cuanto que factor limitante es el modo final en el que el ser humano puede trascender su condición miserable, sesgada y asfixiante, para aspirar a horizontes en los que no se atisba límite alguno, ni temporal ni material. Aferrarse a una condición humana biológica y culturalmente prefijada es un empeño absurdo. La genuina liberación política y espiritual ha de empezar por una liberación de dicha condición.
Como la de sus críticos:
El discurso transhumanista es un recurso del establishment tecnocrático para justificar la continuación de la misma política (económica y tecnológica) que nos ha llevado a la actual situación insostenible y finalmente al borde del colapso ecológico y civilizatorio.
El transhumanismo es para ellos una grave amenaza que se dirige en realidad a la aniquilación del ser humano bajo la excusa de su transformación en un ser superior. Debilita todo lo que hay de sagrado en él, asume un poder que no nos corresponde y que no podemos controlar, pone en cuestión las bases en las que se ha cimentado nuestra vida social y ética, introduce nuevas desigualdades y refuerza de forma extrema el poder de una minoría sobre la gran mayoría, desdibuja las fronteras que nos separan del animal, desprovee de significado nuestra mera existencia… Para estos críticos conservadores, hace décadas que C. S. Lewis supo describir escueta pero claramente la situación: «la conquista final del Hombre ha resultado ser la abolición del Hombre».
Podría poner más referencias pros y contras, pero seria, quizás por propio sesgo mío, intentar inclinar la balanza hacia la parte crítica, al menos, tal como hoy en día se concibe el transhumanismo, y que no es el objetivo de Antonio Diéguez en este libro, por lo tanto, lo dejo como esta.
Confieso que me sentí tentado en usar otra frase, mínimamente modificada con los signos de interrogación: ¿Es el Transhumanismo «la idea más peligrosa del mundo».?. si bien es impactante, y podría atraer a muchos curiosos por lo truculento. he decidido no usarlo, no es el tipo de lectores a los que quiero dirigirme y por otro lado serian visitas huecas pues abandonaran a las pocas líneas de lectura.
Se que me va a hacer falta una 2da lectura, la primera me ha dado una visión bastante objetiva del Transhumanismo. El libro es claro, de fácil lectura, tiene cuidado al comentar las diferentes corrientes, mostrando objetivamente las posibles desviaciones que podrían beneficiarnos o perjudicarnos. Ideal para introducirse en este terreno, me ha ayudado a separar el grano de paja, algo totalmente necesario pues hay demasiados vendedores de humo.
Ya para terminar, os dejo un corto video de Antonio Diegez hablando sobre transhumanismo.
Si Finalmente os animáis a leerlo a continuación tenéis el enlace a la edición Kindle (ebook) del libro.
El montaje para la portada de esta entrada es similar a la del libro, pero no la misma, para evitar cualquier problema de derechos. he tomado la imagen de Thomas Breher en Pixabay