Hace unos días Google cerro su Junta para la ética de la I.A. los pocos días de haberla creado entre otros motivos porque una de sus miembros: Kay Coles James, política conservadora esta posicionada contra el movimiento LGTBI, fue repudiada en una petición para su exclusión de dicha persona de la junta de Ética .
Por otra parte, tenemos las burbujas en la que Facebook, Google y otras RRSS nos envuelven dándonos solo aquellos que nos interesa, solo aquello que apoya nuestras formas de pensar y dejando fuera todo aquello que «nos molesta» porque cuestiona nuestra linea de argumentos.
Burbujas cuyos efectos están ya notándose ampliamente con el resurgimiento de grupos de extrema derecha en Europa y América del Sur, grupos que se han conformado en partidos políticos que están consiguiendo un importante número importante de escaños en gobiernos locales y nacionales. De todos modos, si bien no se puede al 100% echar las culpas a dicha manipulación por la situación en la que nos encontramos actualmente.
Para poder sacar adelante este proyecto, esta web, y porque me gusta, leo bastante, hace unas semanas me enteré de un nuevo libro, no hacía ni una semana que salía: «Ética para maquinas» de José Ignacio Latorre, la verdad, escrito en español y por un español, merecía la pena leerlo y la verdad, el leerlo me ha venido muy bien.
El comienzo da una idea de lo que nos vamos a encontrar:
Minerva-Atenea aúna las artes, la sabiduría y las técnicas de la guerra. El bien y el mal conviven en ella.
José Ignacio Latorre,
Son muchas preguntas, muchas hipótesis sobre cómo enfrentar éticamente el desarrollo de la I.A, de que principios éticos implantar, de nuestra propia ética como seres humanos, y de como nosotros mismos, entre nosotros las violamos.
Aun así, el desarrollo de su argumentación es optimista, en la línea que trato de seguir con «Empatía e I.A.
Este libro propone una invitación a la reflexión sin prejuicios sobre máquinas inteligentes que necesariamente han de ser éticas si hemos de cohabitar con ellas.
José Ignacio Latorre,
Espero haberos animado a leer «Ética para Maquinas«